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RIQUEZAS DEL PERU

La Señora de Cao, el misterio de la momia tatuada

Publicado: 2015-03-14

El mayor hallazgo arqueológico de los últimos años en nuestro país es la Señora de Cao, una sacerdotisa de la cultura Moche descubierta en el complejo El Brujo en el valle de Chicama. Lo novedoso este hecho es que fue hallada en el interior de un templo, a diferencia de otros gobernantes como el Señor de Sipán, que fue sepultado en una plataforma funeraria fuera de un recinto sagrado.   

Este descubrimiento es muy importante porque antes de ella no se tenía indicios de mujeres importantes en las culturas prehispánicas. Hasta donde se sabía, las mujeres cumplían roles de madres y compañeras. En el imperio de los Incas, unas pocas eran elegidas para participar en la fiesta del Inti Raymi como vírgenes del sol. Después de eso, no se había encontrado nada relacionado a la participación preponderante de mujeres en actividades sociales y menos aun en actos de índole religiosa.

Por la riqueza de su ajuar funerario se deduce que se habría tratado de una alta jerarca. Dentro del fardo de más de cien kilos se hallaron dos báculos de poder, 4 coronas, 44 narigueras de oro y plata, 15 collares de oro, plata y lapislázuli, así como vestidos pintados y gran cantidad de utensilios.

“Otro gran misterio es el significado que podrían tener los tatuajes de arañas, serpientes y caballitos de mar que tenía en los brazos y las piernas, algo nunca antes visto entre los antiguos peruanos, lo cual indicaría que estamos ante una mujer, que aparte de haber sido gobernante y asumir el poder de la sociedad Mochica , tenía dotes sobrenaturales", resalta el arqueólogo, Régulo Franco, director del Proyecto Arqueológico El Brujo "es muy posible que fuera una mujer chamán, una especie de sacerdotisa que podía hacer lecturas del cielo, del movimiento de los astros y probablemente también curaba", refiere el arqueólogo.

Por su capacidad para curar a los de las clases más elevadas, los curanderos gozaban de un alto status social en las culturas antiguas. El Brujo habría sido una especie de oráculo donde la sociedad Moche recurría en busca de cura y predicciones.

Otro hito para los arqueólogos fue su perfecto estado de conservación, gracias a que a su muerte fue cubierta con cinabrio, lo que la preservó intacta. Este hecho nos amplía el horizonte en relación a los altos conocimientos que los Moche poseían alrededor del ritual funerario, lo que también revela su profunda espiritualidad.

Este descubrimiento de 1,600 años de antigüedad abre una enorme ventana al mundo del pasado Moche y nos lleva a un replanteamiento total de las concepciones que teníamos en relación al rol de la mujer en las sociedades antiguas.


Escrito por

Ana Ayquipa Cabrera

Comunicadora, bloguera de cultura


Publicado en