¿Eres feliz?, ¿En qué se basa tu felicidad? Estas dos preguntas han sido recurrentes en mi vida, me las han formulado y yo también he preguntado muchas veces. De hecho, la palabra felicidad debe ser la que más se repite en las conversas de las personas en todos los lugares del mundo.

Hay quienes dicen que la felicidad no existe, que la confundimos con esos momentos que pasan como un chispazo y que se experimentan cuando se logra algo que parecía difícil, o cuando se recibe una buena noticia o cuando vemos alegres a los que queremos, también están los más sensibles que aseguran experimentar felicidad cuando ven un acto de amor o frente a un hermoso paisaje y hasta escuchando una bella melodía.

Otros dicen que cada plano de la vida tiene su felicidad, la de del cuerpo, es sentirse sano, la de la mente, estar tranquilo sin demasiados pensamientos que lo agobien a uno y la del corazón cuando se siente amado. En medio de todas estas opiniones, hay una en la que todos coinciden, se valora la salud cuando se pierde o a un amor cuando ya no está o a las cosas materiales cuando no son esquivas, y en realidad, hay en esas pequeñas cosas algo de felicidad, pero, no es …

Para siquiera atisbar a lo que encierra una palabra tan importante tenemos que apoyarnos necesariamente en los filósofos, esos grandes que nos dejaron enseñanzas que pueden durar para siempre y por eso son valederas, Aristóteles decía "Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego".

Aristóteles sostenía que la felicidad no son los momentos bonitos, él creía que los momentos son trampas del astral que te hacen pensar que ya llegaste y entorpecen el esfuerzo que debes seguir haciendo, decía que la felicidad no es fácil de obtener porque es demasiado importante y como todo lo realmente bueno no se obtiene fácil, puede tomar una vida entera, pero cuando se halla, todo esfuerzo vale la pena, decía que hay que ir conquistándola de a pocos. En resumidas cuentas, la felicidad es ese esfuerzo por querer ser mejor, por lograr virtudes, por ir ganando una a una, ese esfuerzo por convertirse de hierro en oro, eso sí es la felicidad.